¿Por qué leer clásicos? Opinión personal.

Los clásicos son reverenciados públicamente y venerados mundialmente, pero ¿Es realmente necesario leerlos? O existen únicamente para aquellas mentes con pretensiones de superioridad intelectual, para incrementar su ego.

Intentaré responder a estas preguntas con mis razones personales para hacerlo. En primer lugar, debo recalcar que el placer de leer, es como quien decide pasar su tiempo en bicicleta, porque es su pasión, o quien decide estudiar una carrera de matemáticas en la Universidad. No pretendo que todos lo disfruten como algunos lo hacemos. Sin embargo, existen motivos para, alguna vez, leer un clásico, además del motivo obvio que es apelar a la cultura general. Es verdad y hablo por experiencia propia que han existido situaciones en las que el tema de conversación ha fluido, gracias a algún libro que hube de leer en el pasado. 

Sin embargo, existe una situación más profunda al respecto. Como indique en la primera entrada de este blog, en mi defensa de las ciencias humanas y la literatura, en esas páginas, ya sean físicas o virtuales, de un clásico existe la belleza del pasado inmortalizado gracias a una novela. Es curioso observar cómo una novela como la Odisea, que se escribió entre los siglos VII y VIII a.de C., aún puede remitir al lector una sensación cercana, cómo es la necesidad de volver al lugar de origen, al hogar de nuestros primeros recuerdos. El extrañar profundamente el origen de uno mismo. Sentimiento que es acorde tanto para el protagonista Odiseo, como lo puede para un inmigrante latinoamericano en persecución del sueño americano, o para alguien que sencillamente ha pasado tiempo lejos de su familia. Supongo que lo que nos hace empatizar tanto con los clásicos, es que a pesar de hacer referencia a épocas que probablemente no vivimos, nos remiten a problemas interiores que por lo menos es correcto afirmar que todos hemos experimentado, o podemos llegar a experimentar en algún momento de nuestras vidas, o por lo menos preguntas, que no tienen tiempo, ni espacio. Que son tan inherentes a nosotros como especie humana, como nuestra propia existencia. Por eso sigue atrapando "Ana Karenina" a un lector europeo, a un lector latinoamericano, porque la infidelidad no tiene idioma, ni nacionalidad. Al igual que no lo tiene el estigma que genera el adulterio, cuando es el comportamiento de una mujer. En todas las sociedades. El patriarcado, después de todo, no tiene espacio específico, ni nacionalidad. Son temas que no importa el tiempo, seguirán siendo relevantes en la discusión, pero tal vez en diferentes contextos y desde enfoques diferentes. Pero los libros clásicos además de hablar de problemas que no tienen tiempo, y contienen sentimientos naturales en los seres humanos, nos enseñan nuevas formas de interpretación, desde palabras que antes de su lectura se nos eran desconocidas, a tradiciones que tal vez nos son desconocidas, y de ser propias del lugar del propio origen indiferente. El lenguaje con que las novelas están escritas, puede ser útiles para apropiarnos de una extensión mayor de la lengua castellana, en nuestro caso, cuando leemos por ejemplo un texto cuyo origen se remonta al renacimiento. 

Por lo que la literatura sirve como agente para la interacción social, entre diferentes culturas, idiomas e idiosincrasia. Al igual que los son la música y la pintura, la inmortalizan del recuerdo, de cómo funciona una sociedad. Concuerdo en que existen obras que deben ser reevaluadas de por qué ocupan el lugar de "clásicos" en la literatura universal, mientras otras obras de incluso más valor artístico han sido vilmente olvidadas en las páginas de la historia. Estoy segura de cómo lo menciona el youtuber Antonio García Villarán, en el arte. Deben existir libros injustamente llamados "clásicos" u obras de arte. Sin embargo, si nosotros como público no leemos, no cuestionamos el lugar en donde se hallan los libros que consideramos obras de arte, no podremos desmitificarlos, y reemplazar aquel lugar de aquel libro, que no es tan bueno, ni tan valioso. Por uno que sí lo es.