Presentación del blog. Una defensa a las ciencias humanas y a la literatura.


Eros y Psique



Siempre he sido una fiel creyente de la educación y considero que para mí leer es una forma hermosa de aprender cosas nuevas. No estudio literatura o temas afines, aun así me gustaría compartir mis pasiones al respecto. 
Además de que consideró escribir en un blog, un posible medio para revelar mis pensamientos.
Recuerdo a muchas de mis compañeras del colegio sufrir por leer algún texto, y a pesar de que aquel sentimiento no lo compartí nunca, sí fue algo que entendí, porque considero que, al igual que todas las asignaturas, la literatura y temas afines, se nos enseña como quien recita de memoria. Sin profundidad y amor por el tema. No tengo intenciones de tener ínfulas, de saberlo todo. Pero cómo una de mis aspiraciones a futuro es escribir, porque no compartir los escritores y libros que me han hecho amar la literatura, y mucho mejor si alguna vez esto puede ayudar a alguien así sea, a alguna vez hacer algún trabajo de la escuela. O sí, soy más entusiasta al despertarle la curiosidad por la lectura.
Recuerdo a alguien decirme, una vez, que todo aquello era inservible, que las ciencias humanas, no tienen la misma importancia que las ciencias básicas. A esa persona me permito hacerle una pregunta.
¿Qué importancia tiene un recién nacido? ¿O qué  importancia tiene ir a un concierto? ¿Bailar? ¿Escuchar música?
Algunas cosas en la economía no se rigen por su "utilidad". Aunque esto es todavía muy discutible, porque socialmente nos han enseñado a pensar que cosas son "útiles" y cuáles no. Y, sin embargo, la economía  naranja, que es uno de los grandes mercados de la actualidad, se rigen  por aquellas actividades que no son útiles  a simple vista. Puede afirmarse que solo tienen como fin la recreación.
Puede ser que, al igual que practicar un deporte o todo tipo de entretenimiento, los seres humanos, podríamos vivir sin leer. O sin apreciar una pintura, o sin ir a un concierto.
Pero al igual que todos los avances de la humanidad, este tipo de actividades son las que nos separan  de los animales.
Los animales no se sientan en casa a escuchar una canción, que les recuerde al ser amado, no leen libros, que les enseñen cómo  era la vida de sus ancestros.
Y las tan famosas ciencias básicas surgen de la misma curiosidad que inspiran las ciencias humanas. Al igual que un día, un Albert Einstein, dudó  de los postulados de un Isaac Newton. O el mismo Newton se preguntó, por qué las cosas caen al piso.
Los grandes padres del derecho como Hart y Dworkin, se preguntan la naturaleza de las normas  sociales y de los principios.
O un escritor quiso plasmar los recuerdos de la humanidad a través de un relato. O Cortazar que se preguntó  porque una novela debe ser lineal para transmitir un significado, y se decidió  a escribir el libro "Rayuela".
La misma curiosidad humana, manifestada en diferentes aspectos.
Somos humanos, somos curiosos; realmente no importa en qué se traduzca dicha curiosidad.
Sí, en una fórmula  matemática, en un cuento, o una canción.
Es una manifestación  de aquello que nos separa  de los animales.
Es una manifestación  de lo que nos hace humanos.
La literatura en particular es inmortalizar los recuerdos de una sociedad, de un estilo de vida y un sistema de creencias.
Como colombiana que nació en la década del 2000, me es difícil imaginar la violencia que azotó a mi país en la década de 1980. Sin embargo, un texto me permite deducirlo, encontrarme con aquellos recuerdos perdidos de mis antepasados. Es la memoria inmortalizada de la humanidad; existe un nexo innegable entre la literatura y la historia. 
Escribimos  sobre aquello con lo que nos identificamos, sobre personas que vivieron las problemáticas  de su tiempo. En un futuro, las nuevas generaciones tendrán que investigar qué pasó con el covid-19, que acarreó al mundo a un confinamiento durante el año 2020, y tal vez sea el nuevo desafío  al que se enfrenta nuestra generación: es el inmortalizar este período.
Una de las maneras de preservar aquellos recuerdos, además del cine y la música, es la escritura.
Después de todo, la escritura no desaparece, se transforma. Hace unos años el papel era indispensable, y a pesar de que no ha sido desplazado en su totalidad, gracias a plataformas como estas y el boom de las redes sociales, aún  podemos disfrutar de algún buen relato. Tal vez transmitido de una manera diferente, pero igual en esencia.
Encuentro que también es interesante las grandes diferencias entre la literatura y el cine.
El cine no otorga las mismas licencias al receptor que un libro o un relato. A pesar de que existe una relación en que se le puede permitir al receptor una interpretación propia del mensaje transmitido.
La libertad del receptor en un texto es mayor, al permitirle vivir el relato a través de la imaginación.
La libertad de percibirlo de manera  única  a otro lector, a pesar de tener enfrente el mismo contenido. De soñar con los mismos personajes, pero con una imagen personalmente construida, inequívoca y única. Además de la posibilidad de escuchar el texto, en la propia voz interior del receptor del mensaje.

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